Dignatarios de distintos países, cardenales, delegaciones laicas internacionales y habitantes de El Salvador, abarrotaron la capital salvadoreña para la ceremonia de beatificación de Monseñor Oscar Arnulfo Romero.
La ceremonia fue presidida por el prefecto de la causa de los Santos del Vaticano, cardenal Ángelo Amato.
El monseñor Ricardo Urioste que trabajó con el obispo Romero y dirige la fundación que lleva el nombre del religioso manifiesta que su beatificación no solo es un acto de celebración sino de compromiso en una sociedad marcada por la delincuencia y la desigualdad.
“Y cómo puede convertirse en una vida que siga a Jesús con los criterios de Jesús y a monseñor Romero que trató de seguir esos mismos criterios, esa es mi esperanza y que él sea un motivo de reconciliación en el país y perdón para quienes lo mataron, ojalá estén en el cielo digo yo”, dijo Urioste.
El sacerdote Jesús Delgado, quien fue secretario del obispo Romero, dice que la beatificación debe marcar un rayo de esperanza para la agobiada sociedad salvadoreña.
“Yo creo que ha llegado del momento de la brisa suave y Dios está con nosotros creo que un rayo de esperanza se abre para nuestro país”, agregó Delgado.
El movimiento “Romerista” Iglesia de los pobres, en el que están personas que trabajaron de cerca con el futuro beato cuestionó el proceder de la iglesia que organiza una ceremonia de élite y dejó de lado el componente popular y de cercanía con los pobres y desprotegidos que fue la esencia del trabajo pastoral de Oscar Arnulfo Romero.
Sala de Redacción/WestchesterHispano
Publicado el 23 Mayo 2015
