Una nueva política que permite a las autoridades migratorias de Estados Unidos decidir si entregan a prisioneros migrantes bajo custodia federal a las autoridades locales o deportarlos se ha mantenido vigente durante meses, en un esfuerzo por evitar que vuelva a ocurrir un incidente como el tiroteo fatal en San Francisco en el que una mujer murió a manos de un convicto mexicano que fue liberado, indicaron las autoridades.
El cambio, que oficialmente entró en vigor el 12 de febrero pero ha sido aplicado de manera informal durante varios meses, le otorga el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) el derecho a rehusarse en primera instancia cuando un prisionero federal que completa su condena es buscado por las autoridades locales por otros crímenes. Previamente, la policía local tenía prioridad.
El funcionario de ICE, quien no estaba autorizado a discutir públicamente los cambios de la política, estimó que entre 400 y 500 prisioneros federales son entregados a las autoridades locales cada año. La mayoría de esos prisioneros están en custodia estatal.
Aunque es un número bajo, el objetivo del cambio es enviar un mensaje a las agencias locales que se han rehusado a cooperar con las autoridades migratorias. El agente de ICE dijo que la política evitará que los prisioneros federales sean entregados a las fuerzas policiacas locales que no han cooperado con la agencia.
Los directores regionales del ICE decidirán cada caso de manera individual, considerando la naturaleza de los crímenes y su relación con la agencia local, dijo el funcionario. Incluso si el ICE accede a entregar a un prisionero a la policía local, estos deben comprometerse a devolver al sospechoso a las autoridades migratorias una vez que sus casos hayan finalizado.
La política, anunciada el miércoles por la secretaria de Justicia, Loretta Lynch, durante una audiencia ante el Congreso, se concreta menos de un año después de que Kate Steinle, de 32 años, falleciera baleada por un inmigrante mexicano que recién había completado una sentencia federal y fue liberado después de que la jefatura de policía de San Francisco ignorara una solicitud de las autoridades migratorias para detenerlo y poder deportarlo. Juan Francisco López Sánchez había sido deportado en cinco ocasiones previas y tenía un largo historial delictivo.
Sala de Redacción/Westchester Hispano
Publicado el 27 de Febrero, 2016