Terapias inesperadas para tu espalda

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Lo último es combinar medicina y terapias alternativas. Aliar fuerzas
para derrotar un sufrimiento al que no puedes resignarte

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Millones de personas sufren dolores de espalda crónicos. Esas son las personas viviendo en un ay continuo por culpa de lesiones, hernias, protusiones, pinzamientos… ¿Qué proponen los expertos ante tal desafío? Lo novedoso es integrar la medicina ortodoxa con tratamientos alternativos, para que el paciente pueda tratarse desde el punto de vista anatómico, nutricional, postural y medioambiental, entre otro.

Aquí algunas de esas terapias

1. Prueba las virtudes del agua

No hay balneario o centro termal que no incluya en su menú tratamientos específicos para problemas lumbares y cervicales: con lodos termales de arcilla y agua sulfurosa, con aguas mineromedicinales o a base de fisioterapia, corrientes analgésicas, masajes, duchas, chorros y baños. La hidroterapia y la gimnasia acuática son ideales para el tratamiento de estos pacientes. Además, la natación es el ejercicio de espalda por excelencia.

2. Apúntate a clases de canto
Para proyectar tu voz en todo su potencial es imprescindible estar bien asentado en el suelo, en posición estable, con la pelvis ligeramente hacia adelante y los muslos y el abdomen contraídos. En esta posición, la columna vertebral se endereza, los hombros se relajan y los lumbares se alivian. Y, cantando, cantando… irás automatizando la postura e integrándola en tu día a día.

-Aviso-

El canto puede aliviar el dolor de espalda por esa reeducación postural, pero también por la respiración, por la relajación diafragmática relacionada con las vértebras dorsales, así como por la expresión de emociones que está ligada con muchos casos de dolor.

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3. Atrévete con la terapia psicológica
La relación entre la mente y ese dolor que te amarga la existencia es de doble sentido. Un padecimiento prolongado acaba por afectar psicológicamente, pero en ocasiones, problemas como el estrés o la depresión no son consecuencia, sino causa. Se convierte así en un círculo vicioso que hay que romper.

Todos los psicólogos saben muy bien de la relación de las patologías de espalda con las emociones. Está comprobada la relación emocional del estrés y el dolor cervical; la de la depresión y los miedos con el dolor lumbar; la sobrecarga laboral con dorsalgia… Además, las vías neurológicas del dolor están relacionadas con neurotransmisores cuya deficiencia genera depression.

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4. Descubre la meditación
Esta disciplina nos ayuda a relajarnos, a respirar y, por supuesto, también puede aliviar el dolor de espalda. Entre sus efectos terapéuticos, facilita la distensión muscular, disminuye el dolor y proporciona una sensación mayor de alivio. Y solo necesitas un lugar tranquilo y 15 o 20 minutos diarios (a poder ser, siempre a la misma hora).

5. Practica tai chi
El tema de guardar reposo contra el dolor quedó obsoleto. Ahora la prescripción es más bien la contraria: ejercicio. Los movimientos lentos y sutiles del tai chi, que involucran a todos los músculos sin forzarlos puede ser la solución. Tu espalda agradecerá sus dos normas básicas. Primera: hay que mantener la cabeza erguida, lo que favorece la alineación de las vértebras. Y dos: los hombros y los codos deben estar relajados durante los ejercicios, lo que contribuye a fortalecer la zona cervical propensa a lesiones y problemas posturales.

 

Sala de Redacción/WestchesterHispano

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Publicado: 09 mayo, 2015

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