Los nombres y los apellidos son inequívocamente hispanos: Sotomayor, Guerrero, Rivera, Barrios, Martínez, Paniagua, Velázquez, la lista parece interminable. Fueron las víctimas —ahora todas identificadas— de la masacre en el club Pulse de Orlando el domingo 12 por la madrugada.
Se sabe que el asesino Omar Mateen visitó previamente el club y buscó en lugares gay del internet, antes de escoger su blanco, pero cualquiera que haya sido su intención, la creciente comunidad hispana en Orlando, en donde la mayoría ha llegado de Puerto Rico, fue la más afectada de los grupos étnicos.
Era “Noche Latina”. El 90% de la víctimas son hispanos.
Eduardo Pacheco escribió los nombres de todos los muertos en un cartel verde preparándose para la vigilia en honor a las víctimas. Se detuvo a medio camino incapaz de seguir cuando se le llenaron sus ojos de lágrimas.
Cinco de los nombres en la lista eran sus amigos, todos de Ponce en Puerto Rico. Se habían mudado a Orlando buscando trabajos en un momento en que la isla está en bancarrota.
“Esto impacta el corazón de la comunidad LGBT portorriqueña. Es una tragedia increíble y pudimos ser cualquiera de nosotros”, dice el activista de los derechos gay, Pedro julio Serrano.
Sala de Redacción/Westchester Hispano
Publicado el 18 de Junio, 2016
