Padre Hilario Albert: “Es el que me toca más en el corazón”

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El padre Hilario Albert, de la Iglesia St. Peter’s en Port Chester, se despide agradecido de la comunidad

El pladre Hilario Albert, en el centro de St. Peter’s Church, la iglesia en donde ha servido al pueblo durante 14 años.

El reverendo Hilario Albert, llegó a Port Chester a servir en la Iglesia Episcopal St. Peter’s, el primero de septiembre del 2004 y luego de 14 años de intensa labor a favor de su feligresía y de la comunidad, anuncia que se retira. Lo hace sabiendo que su cariño por todos seguirá intacto.

Durante su larga trayectoria, el administrador de esta iglesia ubicada en el corazón de Port Chester, ha desarrollado una serie de proyectos para impulsar y ayudar a la comunidad. Entre sus programas de desarrollo están, educación en varias áreas, programas de tutoría después de la escuela y entre los sociales está el programa de comida de los domingos, que se ofrece a las 3 de la tarde, con almuerzo gratuito completo para entre 75 a 100 personas.

“Este es un lindo programa en donde contamos con 96 voluntarios de casi todas las nacionalidades Latinas. Tenemos varios grupos de peruanos, dos equipos de México, dos de Guatemala, dos de República Dominicana, quienes se encargan de preparar los alimentos para la gente”, dijo el sacerdote episcopal, de origen dominicano.

“Este programa es el que me toca más en el corazón”, explica emocionado el padre Hilario.

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El programa es tan bueno que llegan a participar voluntarios que viven en Manhattan, Mount Kisco, El Bronx. Todos vienen a cocinar los mejores potajes para la gente necesitada pueda comer bien el domingo, sobre todo platos deliciosos”, explica el clérigo. “Pero además, llegan voluntarios estilistas para cortar gratis el cabello a damas y caballeros”.

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El sacerdote con su esposa Sandra Albert.

También ofrecen provisiones de alimentos, con el apoyo de Food Bank y la Iglesia Episcopal de Rye, para entregar comida los segundos martes de cada mes, los sábados en la mañana, alimentos y los jueves, dos veces al mes, entregan vegetales.

Como parte del alcance comunitario, el Padre Hilario ha establecido una evento anual de reconocimiento a los voluntarios, durante los últimos 13 años. Cada año premia y la cifra de los acreedores a reconocimientos supera los 100, que son voluntarios de todos los programas comunales y de comida.

Destacan sus programas de vacaciones últiles durante el verano, programas para voluntarios de la High School, y el programa de la Cena de Acción de Gracias. El año pasado entregaron 350 pavos a las familias necesitadas de Port Chester, y para este año ya tienen asegurados 200 pavos para la comunidad.

Además, días antes de Navidad hacen entrega de regalos a los niños que asisten a la Iglesia, y en el Día de Reyes, entregan juguetes a todos los niños de la comunidad.

Para poder desarrollar esa larga lista de programas, el sacerdote ha organizado a los voluntarios de acuerdo al sector que más les gusta desarrollar.

“Por ejemplo, un grupo trabajó para lograr computadoras para los niños y lograron que una iglesia recolecte $30,000. Con esos fondos se compraron 12 computadoras para nuestros niños y el resto será utilizado para refaccionar la cocina”, explicó.

Una de las actividades que le ha dado gran satisfacción, recuerda el sacerdote, es el proyecto de los Viernes Culturales, que se vino realizando durante las celebraciones de las independencies de todos los países latinoamericanos.

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“Se abrió la mente y la pasión de la gente, y ellos descubrieron que podían hacer y lograr más”, dijo. “Eso que significa que el mundo se abrió, es lo que me hace sentir orgulloso y con eso le hemos dicho a la gente que sí se puede”, dijo el sacerdote algo melancólico.

Otro de los actos que le emocionan es la celebración del Día de la Madre, en la Iglesia.  “Primero comenzamos con homenajear a la madre soltera, con un día especial para ella y sus hijos, regalos y comida, y luego ampliamos el festejo para todas las madres”, dijo. En esta celebración, las madres no hacen nada y son atentidas por sus esposos.

Uno de los momentos en que el padre Albert se impresionó fue cuando realizó una misa memorial un domingo a las 9 de la noche, con la asistencia de más de 1,000 personas. Todos eran como una familia grande peruana, originarios de Tauría. “Muy impresionante la unidad de esas familias de peruanos”, dijo.

El reverendo Albert, padre de dos hijos, deja un legado grande a los hispanos de Port Chester y áreas vecinas. Siempre está agradecido de la comunidad, así como también de su esposa Sandra Albert, a quien considera el motor de apoyo de sus logros.

El padre Hilario, cortando el pavo para la cena de Acción de Gracias.

Si bien está satisfecho de su labor parroquial y comunitaria, es sincero al decir que le hubiera gustado terminar con la restauración de los vitrales de la iglesia, ya que es muy costoso, pero solo falta la tercera fase para completar la obra de arte. También tenía entre sus planes formar un grupo folclórico internacional y dijo que le hubiera gustado construir una rampa para las personas que usan silla de ruedas.

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Se ordenó de sacerdote en el 2002, aquí en los Estados Unidos, en la Catedral St. John The Divine, en Manhattan, y acaba de cumplir 20 años de haber sido ordenado. Estudió en el Theological Seminar en New York, y tuvo su primer trabajo como sacerdote en la Iglesia San Timoteo, en Manhattan, en donde era asistente. Llega a Port Chester, y es nombrado sacerdote encargado, que es el título superior de esta Iglesia.

 

 

Sala de Redacción/WestchesterHispano
Publicado el 22 de Setiembre 2018

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