La leche, el yogur o el queso son productos que deben introducirse en la alimentación

En la tercera edad una dieta sana, algo de ejercicio y los cuidados de la piel son imprescindibles para mejorar el estado físico y mental. La dieta equilibrada para la tercera edad es aquella basada en frutas, verduras y cereales combinadas con productos lácteos que eviten la descalcificación de los huesos.
El ejercicio físico está supeditado a las posibilidades de cada uno, sin embargo, un paseo diario evita el aburrimiento y activa la circulación. La vejez no implica abandonarse, sino aprender a vivir bien, aunque con ciertas limitaciones.
Lógicamente, una persona joven come más y cuando va envejeciendo va a comer menos porque el gasto de energía es menor.
Los hábitos alimenticios de los mayores pueden no ser óptimos debido a factores psíquicos, físicos o sociales.
No existe una dieta específica en la tercera edad, pero hay algunos alimentos más necesarios para una alimentación equilibrada. Es el caso de los productos lácteos, ya que los huesos del paciente anciano se descalifican y necesitan calcio.
El estómago de las personas mayores contiene menos ácido y no libera fácilmente la vitamina B12 por lo que se recomienda un aporte vitamínico extra. Alimentos como la carne roja magra (sin grasa) son ricos en esta vitamina por lo que los médicos recomiendan que se consuma al menos 3 o 4 veces por semana. Los dulces no son nada recomendables.

Activar la Circulación
El ejercicio en la tercera edad está supeditado a las posibilidades de cada individuo y, por supuesto, debe estar sometido a la supervisión de un médico. La gimnasia de mantenimiento, los paseos e incluso salir de compras evitan el anquilosamiento, activan la circulación y previenen el aburrimiento y la depresión.
Los Cuidados de la Piel
En la tercera edad, los cuidados de la piel son más imprescindibles ya que la piel se vuelve más sensible. Estas pieles llevan más tiempo sufriendo las inclemencias del tiempo, quizá sin la protección adecuada.
En el caso de los cuidados faciales es conveniente aplicar un producto nutritivo que aporte confort e hidratación, así como luminosidad, ya que a estas edades el color de la piel es más mate. Además, el cuidado de la piel es una práctica que evita buena parte de las patologías dermatológicas.
Los rayos solares son los mayores enemigos de la piel. En los días más soleados es recomendable aplicar un producto protector, ya que tanto la piel de la cara como de las manos está más predispuesta a la aparición de manchas.
Para la piel del cuerpo es suficiente la aplicación de una crema hidratante o incluso un aceite corporal que suavice la superficie de la piel y evite la descamación, tan frecuente en las pieles envejecidas.
Sala de Redacción/Westchester Hispano
Publicado el 16 de Diciembre 2019