La Diabetes en niños y adolescentes y como cuidarlos

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Es una enfermedad que si no es trata a tiempo puede dañar órganos y sistemas como los ojos, los riñones, el corazón o los nervios

Lía Amado | New York Hispano | Colaboradora

La diabetes es una enfermedad crónica que afecta a millones de personas en todo el mundo, y lamentablemente, también a niños y adolescentes. Aunque suele asociarse a adultos, en las últimas décadas los casos en edades tempranas han aumentado, generando preocupación tanto en familias como en profesionales de la salud.

¿Qué es la diabetes?

La diabetes mellitus es una enfermedad crónica que ocurre cuando el cuerpo no produce suficiente insulina o no la utiliza de manera adecuada. La insulina es una hormona producida por el páncreas que permite que la glucosa (azúcar) entre en las células para ser utilizada como energía.

Cuando hay un déficit de insulina o resistencia a su acción, la glucosa se acumula en la sangre, provocando niveles elevados (hiperglucemia), lo cual, con el tiempo, puede dañar órganos y sistemas como los ojos, los riñones, el corazón o los nervios.

-Aviso-

Tipos de diabetes en niños y adolescentes

1. Diabetes tipo 1 (autoinmune)

Es el tipo más frecuente en niños y adolescentes. Ocurre cuando el sistema inmunológico ataca y destruye por error las células beta del páncreas, encargadas de producir insulina. Se desconoce su causa exacta, aunque puede haber factores genéticos y ambientales involucrados. Este tipo requiere insulina exógena diaria de por vida, ya que el cuerpo no puede producirla.

2. Diabetes tipo 2 (resistencia a la insulina)

Tradicionalmente más común en adultos, hoy en día también afecta a niños y adolescentes, especialmente en contextos de sobrepeso, obesidad, sedentarismo y mala alimentación. En este caso, el cuerpo sí produce insulina, pero las células no responden adecuadamente a ella.

A diferencia de la tipo 1, puede ser manejada, en algunos casos, con cambios en el estilo de vida, dieta y medicamentos orales, aunque a veces también se requiere insulina.

3. Diabetes monogénica y otras formas raras

En menor medida, existen formas hereditarias raras como la diabetes neonatal o diabetes MODY, que suelen diagnosticarse mediante pruebas genéticas.

¿Cuáles son las causas y factores de riesgo?

Para la diabetes tipo 1:

  • Predisposición genética
  • Factores autoinmunes
  • Infecciones virales (en algunos casos, podrían desencadenar la respuesta autoinmune)

Para la diabetes tipo 2, los factores de riesgo incluyen:

  • Sobrepeso u obesidad
  • Falta de actividad física
  • Dietas ricas en azúcares y grasas saturadas
  • Antecedentes familiares de diabetes tipo 2
  • Hipertensión o colesterol elevado

¿Cuáles son los síntomas comunes?

Los síntomas suelen aparecer rápidamente en la diabetes tipo 1 y de forma más lenta en la del tipo 2. Algunos signos de alerta incluyen:

  • Sed excesiva y ganas frecuentes de orinar
  • Pérdida de peso sin razón aparente
  • Cansancio constante
  • Visión borrosa
  • Infecciones recurrentes (hongos, infecciones urinarias)
  • Irritabilidad o cambios de humor
  • Heridas que tardan en cicatrizar

¿Como podemos confirmar la diabetes?

El diagnóstico se basa en análisis de sangre que miden los niveles de glucosa:

  • Glucosa en ayunas ≥ 126 mg/dL
  • Prueba de tolerancia a la glucosa ≥ 200 mg/dL (a las 2 horas)
  • Hemoglobina A1c ≥ 6.5%
  • Glucosa aleatoria ≥ 200 mg/dl acompañado de síntomas

Para confirmar el tipo, se pueden realizar pruebas adicionales como anticuerpos pancreáticos y estudios genéticos si se sospecha una forma rara de diabetes, recuerde que debe ser confirmado y diagnosticado por su médico tratante.

¿Como es el tratamiento y control de la diabetes?

Para la diabetes tipo 1:

  • Insulina diaria: Puede administrarse mediante inyecciones o bombas de insulina.
  • Monitoreo frecuente de la glucosa en sangre (varias veces al día).
  • Uso de monitores continuos de glucosa (cada vez más comunes).
  • Educación sobre el ajuste de dosis de insulina según la alimentación y la actividad física.

Para la diabetes tipo 2:

  • Cambio en el estilo de vida: dieta saludable, ejercicio regular y control del peso.
  • Medicamentos orales: como la metformina.
  • Insulina, si los medicamentos no son suficientes.
  • En ambos tipos, la educación diabetológica para el niño o adolescente y su familia es esencial para un manejo adecuado de la enfermedad.

Alimentación recomendada para niños y adolescentes con diabetes

Una buena alimentación es clave en el control de la diabetes. No se trata de una dieta especial, sino de adoptar hábitos alimentarios saludables que favorezcan niveles estables de glucosa y un desarrollo adecuado.

Consejos generales:

  • Planificar comidas equilibradas con carbohidratos complejos, proteínas magras y grasas saludables.
  • Priorizar frutas, verduras y legumbres.
  • Preferir cereales integrales en lugar de harinas blancas.
  • Evitar o limitar azúcares añadidos, jugos azucarados, golosinas, bollería industrial y refrescos.
  • Reemplazar bebidas azucaradas por agua, infusiones suaves o jugos naturales sin azúcar.
  • Elegir carnes magras, pescado y huevos como fuente de proteína.
  • Incluir grasas saludables (aguacate, frutos secos sin azúcar, aceite de oliva).

Control de carbohidratos:  Aprender a contar carbohidratos permite ajustar la dosis de insulina en la diabetes tipo 1 y controlar los niveles de azúcar en la tipo 2. Es útil usar herramientas como etiquetas nutricionales, tablas y aplicaciones móviles.

Actividad física: Es recomendable realizar al menos 60 minutos diarios de actividad física moderada (caminar, andar en bicicleta, deportes recreativos), ya que ayuda a:

  • Mejorar la sensibilidad a la insulina
  • Controlar el peso
  • Reducir el riesgo de complicaciones
  • Mejorar el estado de ánimo y la autoestima

Apoyo emocional: Ser diagnosticado con diabetes puede ser emocionalmente desafiante para un niño o adolescente. El apoyo psicológico y familiar es crucial para:

  • Promover la aceptación del diagnóstico
  • Fomentar la independencia en el autocuidado
  • Prevenir trastornos emocionales como ansiedad o depresión
  • La participación en grupos de apoyo o en programas educativos con otros jóvenes con diabetes también puede ser muy beneficiosa.

La diabetes en niños y adolescentes es una realidad que requiere compromiso, educación y cuidado constante. Aunque no tiene cura, con el tratamiento adecuado, una alimentación equilibrada, ejercicio físico y un entorno familiar de apoyo, los jóvenes con diabetes pueden llevar una vida activa, saludable y plena. La clave está en la prevención (en el caso de la tipo 2) y en el manejo eficaz (en la tipo 1 y 2). Informarse, actuar temprano y mantener hábitos saludables marcarán la diferencia en el bienestar a corto y largo plazo.

Publicado el 18 de Junio, 2025

 

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