La escritora peruana en una mesa redonda sobre Leer y Escribir en el Perú, en 2016.

Alina Gadea Valdez, presenta su nuevo libro “El norte ya no existe”, en el Festival del Libro de Buenos Aires

Nicolás Meyer | Westchester Hispano | Colaborador

Alina Gadea

“La ficción sana [es decir, cura], la ficción explica la realidad. Y creo que la ficción lo puede todo”, afirma Alina Gadea Valdez, premiada escritora peruana que este año visita la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires. Ella se graduó como abogada e incluso ejerció inicialmente esa actividad: muchos escritores peruanos, dice, comenzaron estudiando abogacía porque sus padres querían darles una profesión de prestigio, pero “La estudiamos por error. Fue una equivocación tremenda. En Perú tenemos una frase: ‘La cabra tira para el monte’. Quiere decir que uno termina yendo a donde su naturaleza lo manda. [El derecho] no es una profesión para la cual yo tenga madera… Cuando uno decide irse por la ficción, encuentras que estás frente a una libertad muy grande” en comparación con el mundo compuesto por las reglas y normas legales, mundo al cual tilda de “cuadriculado”, y que además “no funciona nada bien, al menos en mi país… y estamos hablando ahora de la región. Pero la ficción sí funciona”.

¿Cuánto hay de la propia vida de Gadea en sus obras? Su novela ‘Destierro’ (2017) “es lo más parecido a una autoficción que he escrito”. Es “mi propia historia, cambiada… He alterado muchísimas cosas, porque era más funcional, y a veces, si uno contara la vida tal cual ha sido sería aburridísimo y uno no acabaría nunca… Por eso interviene la invención”. El destierro al que se refiere el título, aclara, no es un desplazamiento físico a otro lugar: “es un destierro personal” de una persona que se divorcia y sufre algo así como “un holocausto personal, un naufragio personal”. Analiza, entre otros temas, las fuertes repercusiones sobre la familia, y además reivindica a la mujer, “que no siempre ha estado en las condiciones que merecería en la sociedad”.

Libro “El norte ya no existe”, de la escritora peruana Alina Gadea. (Amazon).

En Buenos Aires Gadea presentó su último libro, ‘El norte ya no existe’, que sí trata un caso de exilio físico, “tanto en sentido geográfico como simbólico”. El personaje central es un hombre de 65 años de edad que ha vivido los últimos 40 fuera de su país –en España– pero que añora a Perú, dice la autora, “por la suavidad de la gente, por los diminutivos”… y por un amor de su juventud. Entonces, cuando intenta regresar, interviene la pandemia, y esta circunstancia “sirve para reflexionar sobre qué es lo importante en la vida”. El título, ‘El norte ya no existe’, debe entenderse, explica, en el sentido aproximado de “haber perdido la brújula”.


Ha sido ésta la primera visita de Gadea a la Feria del Libro de Buenos Aires, pero no a la Argentina, aunque “la última vez que estuve aquí fue hace cuarenta años”. Gadea, en cuyo rostro se puede detectar un ligero parecido a la actriz Diane Keaton, es nacida en 1966. En lo que escribe “quiero escrudiñar, explorar lo que hay en nosotros, sobre todo en la esfera psicológica”. Lo que busca como legado de sus obras es “que el lector pueda identificarse con algo de eso que está en los libros, identificarse con alguno de los personajes, y que eso sirva para cambiar en algo su modo de mirar el mundo, o que sirva para que se sienta apoyado en algo que lo perturba”. Y elucida: “Que el lector se sienta apoyado, o que se sienta interpelado, pero que lo mueva sobre todo en su interior”.

Entre los escritores que admira cita al chileno José Donoso, que “ha sabido descubrir los cambios de una sociedad”, refiriéndose a una ciudad de Santiago de Chile que, en la opinión de la entrevistada, “termina pareciéndose mucho a Lima” en cuanto a dichos cambios. Y Donoso “explora también aspectos oscuros, como la vejez, la enfermedad, el encierro, la locura”. En su nómina de autores sigue “por supuesto, como latinoamericana, Julio Cortázar, ya que estamos aquí en la Argentina”.

En este punto Gadea hace la siguiente afirmación: “El padre de todos estos escritores maravillosos latinoamericanos es [William] Faulkner”. El autor estadounidense, recuerda, creó un lugar ficticio especial (el condado de Yoknapatawpha), como el Macondo de Gabriel García Márquez y el Comala de Juan Rulfo, “y uno guarda esos lugares en su mente como quizás más reales que la realidad que uno puede transitar. Creo que las verdaderas aventuras suceden en el interior de nuestras conciencias, y que por eso la lectura es tan importante”.

Preguntada sobre cuáles escritores, actuales o del pasado, le gustaría conocer o haber conocido personalmente, Gadea menciona sin hesitación al rumano Mircea Cartarescu: “Su libro ‘El ojo castaño de nuestro amor’ creo que es uno de los más importantes que he leído en mi vida”. Agrega que “sé que él adora a Vargas Llosa, nuestro escritor peruano”. En segundo lugar, nombra a Haruki Murakami, creador de “una especie de realismo mágico oriental”.

Una frase que sintetiza el pensamiento de Alina Gadea: “Los escritores tratamos de entender la realidad a través de lo que inventamos”.

Publicado el 22 de Mayo, 2024

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