La actual campaña presidencial estadounidense costará unos $2.651 millones
“El mayor espectáculo sobre la tierra”, Con esas palabras definió la revista The Economist las elecciones presidenciales en Estados Unidos en un editorial publicado en diciembre de 2015.
Once meses más tarde, cuando los votantes están a punto de escoger al sucesor de Barack Obama al frente de la Casa Blanca, muchos pueden tener dudas sobre la calidad o el buen gusto de la función a la que han asistido, pero de lo que no hay duda es de que se trata de la más costosa del mundo.
De acuerdo con estimaciones del Centro para Políticas Responsables (CRP), una ONG que hace seguimiento al financiamiento de la política en Estados Unidos, la actual campaña presidencial estadounidense costará unos $2.651 millones.
El cálculo se basa en la información recopilada por la Comisión Federal Electoral y equivale a un gasto promedio de $11,67 por cada uno de los 227 millones de estadounidenses que, según la Oficina del Censo, tienen edad de votar.
La proyección es ligeramente superior a los $2.621 millones que costó la carrera presidencial de 2012, en la que el presidente Barack Obama logró la reelección ante el candidato republicano Mitt Romney.
De acuerdo con las cifras del CRP, la campaña de la candidata presidencial demócrata, Hillary Clinton, había recibido hasta el 31 de octubre unos $687 millones, lo que la ubica unos 34 millones por detrás de los $721 millones recaudados en 2012 por Obama.
En el caso del aspirante presidencial republicano, Donald Trump, su campaña ha recaudado unos $307 millones, casi $150 millones menos que los conseguidos en 2012 por el equipo de Romney.
Sin embargo, los montos recolectados por los equipos de campaña de cada candidato muestran solo una vista parcial del costo real de la carrera para llegar a la Casa Blanca.
Hay una parte sustancial de recursos que entran en juego a través de los llamados Comités de Acción Política (PAC), que son organizaciones creadas para recolectar fondos que luego son usados para hacer campaña a favor o en contra de algún candidato o iniciativa.
Más importantes aún son los llamados SuperPACs, surgidos a partir de una decisión de la Corte Suprema de Justicia del año 2010. Se diferencian de los PACs en que deben ser “independientes” y no pueden donar sus fondos a una campaña o a un partido en concreto, pero a cambio no tienen límite en la cantidad de fondos que pueden recaudar y utilizar para influenciar en el resultado electoral.
[tabs type=”horizontal”][tabs_head][tab_title]EL DATO[/tab_title][/tabs_head][tab]
- La estimación general de los costos de las elecciones estadounidenses se dispara cuando se incluyen los gastos relacionados con las campañas para la escogencia de miembros de la Cámara de Representantes y del Senado.
- La carrera por llegar al Capitolio costará unos $4.267 millones, por lo que entonces el gasto total del actual proceso electoral se elevaría hasta US$6.918 millones, según el CPR. Esto significaría unos $30 por cada potencial votante.
- Según CPR, en la actual carrera presidencial hay 2.368 SuperPACs registrados ante la Comisión Federal Electoral (FEC). Hasta el 2 de noviembre, estos grupos han gastado al menos $980 millones en el actual ciclo electoral. Esta cifra puede ser mayor dado que hay algunos tipos de anuncios que no tienen que ser notificados a la CFE.
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Sala de Redacción/Westchester Hispano
Publicado el 05 de Noviembre, 2016