Esta nuyorican de 51 años gobierna desde marzo el pueblo de Tuckahoe, donde apenas el 10 por ciento de la población se identifica como hispano

Emilio López Romero / Westchester Hispano / Colaborador
Cuando Omayra Andino sorprendió hace unos meses al ganar las elecciones en Tuckahoe, su familia quedó tan “en shock” como ella. “Quién nos iba a decir que íbamos a tener una política en casa”, le dijeron tras su histórica victoria en marzo y convertirse no solo en la primera mujer, también en la primera persona de color y la primera latina en llegar al ayuntamiento de este pequeño pueblo del sur del condado de Westchester.
Días antes de las festividades de Acción de Gracias, Omayra Andino recibió a Westchester Hispano en su despacho de City Hall y lo primero que llama la atención al entrar en el edificio es una pared donde cuelgan los retratos de todos los alcaldes que han gobernado Tuckahoe en sus 120 años de historia. Son 24 y hay un denominador común en todos ellos: todos son hombres y de raza blanca, todos a excepción de ella.
“Desde que fui elegida las cosas aquí son diferentes. Las mujeres tenemos una manera distinta de hacer las cosas, una aproximación más amable en los debates, y a veces es necesario ese toque femenino para que haya realmente un cambio”, asegura la alcaldesa, quien reconoce que no es fácil maniobrar en un “mundo de hombres”, donde la mayoría de los alcaldes son hombres y los comités están dirigidos por hombres.
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“Me enamoré de Tuckahoe”
Andino es una nuyorican de los pies a la cabeza, una mujer hecha a sí misma y orgullosa de sus raíces puertorriqueñas que creció en las calles de Brooklyn y que nunca imaginó que acabaría viviendo en Westchester. Fue tras divorciarse en el 2010 cuando empezó a rentar el apartamento de una amiga en el pueblo porque necesitaba un lugar transitorio para vivir. “Me enamoré de Tuckahoe y cinco años después aquí sigo”, asegura.
A sus 51 años, compagina sus tareas en City Hall con su trabajo como CEO del Institutes of Applied Human Dynamics, una organización que ayuda a personas con discapacidades de desarrollo e intelectuales y a sus familias. “Llevo 30 años trabajando por la comunidad, por gente que no tiene las oportunidades que yo tuve. Yo crecí en la pobreza, pero hubo quien quiso invertir en mí y ahora quiero devolver esa ayuda”, recuerda.
Siendo la primera latina en llegar al ayuntamiento, siente una gran responsabilidad cuando se le acercan en la calle y le recuerdan que ahora debe luchar por la comunidad. “Lo que hago es preguntarme quién necesita más mi ayuda. Yo me ocupo de los asuntos que preocupan a la mayoría del pueblo, pero ¿dónde puedo hacer un esfuerzo extra? Para mí la respuesta es clara: en la gente que no tiene tanta voz”.
Es consciente de que vive en una comunidad predominantemente blanca donde apenas el 10 por ciento de la población se identifica como hispana, de ahí la doble sorpresa cuando ganó las elecciones en marzo. Pero no era una cara nueva para los vecinos ya que en 2018 se convirtió en la primera concejala latina de Tuckahoe por el Partido Demócrata y dos años después revalidó su asiento en el Concejo Municipal.
“Sí, soy una orgullosa mujer latina, una alcaldesa latina, pero sobre todas las cosas soy la alcaldesa de Tuckahoe, de todos sus habitantes”, responde Andino, quien en todo caso tiene claras sus prioridades. “Esa, y no otra, fue la razón principal por la que me presenté a las elecciones, para ayudar a quienes más lo necesitan. Quiero que la comunidad sepa que tienen a alguien que va a luchar por ellos, por resolver sus problemas”, añade.
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Prioridades de su agenda
Entre las prioridades de su agenda están emprender una reforma de la normativa local para que haya disponibles más viviendas asequibles, así como orientar a los vecinos que no saben dónde acudir ante un problema de salud o a los indocumentados que necesitan un abogado. También aprobar una nueva legislación para preservar los lugares históricos de Tuckahoe.
Tiene por delante otro año y medio de trabajo y aunque asegura que no es una política al uso, sino más bien una “servidora pública”, planea presentarse para un segundo mandato porque siente que dos años no son suficientes para lograr los objetivos que se ha marcado. Después, dice, es importante que vengan “nuevos liderazgos” para no acabar convertida en una “política de carrera”.
Antes de despedirse, Andino recuerda emocionada un encuentro con una niña de nueve años que le dijo que era su héroe y que, gracias a su alcaldesa, ella soñaba algún día con ser jueza. “Fue un momento muy conmovedor y me sirvió de recordatorio de por qué estoy aquí y de la enorme responsabilidad que han depositado mis vecinos: todo esto no es solo por mí, es sobre todo por las futuras generaciones”, concluye.
Publicado el 24 de Noviembre, 2021