Mi trabajo, mi comunidad

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Trabajadores de limpieza afiliados a la 32BJ del Valle de Hudson, quieren asegurarse que su nuevo contrato mantenga sus beneficios

El trabajador Abel Rodríguez, afiliado al sindidato 32BJ, en Westchester, acompañado de su familia.

Por Abel Rodriguez

Cuando era un niño en la República Dominicana, mis padres nos enseñaron a mi hermana y a mí a siempre ayudar a las personas mayores en nuestro vecindario. Los adultos nos llamaban en la calle y nos pedían que corriéramos a la tienda, y siempre lo hacíamos sin pedir nada, sin saber que nuestros vecinos nos daban mucho. Nos cuidaron a mi hermana y a mí, apoyándonos en silencio mientras crecíamos.

Ahora, mi hermana es bióloga en el Smithsonian Institute en Washington DC, y yo trabajo como superintendente en una cooperativa en Larchmont. Amo a la comunidad y a mi trabajo y les ayudo cuando ellos me necesitan.

Durante las últimas semanas, también he pasado tiempo en un comité, negociando con administradores de propiedades y propietarios de edificios antes de que nuestro contrato venza el 30 de septiembre. Un acuerdo entre nuestro sindicato y los empleadores y propietarios, es que el contrato provea desde salarios justos hasta los derechos laborales básicos.

Mi sindicato, 32BJ SEIU, representa a 1,400 superintendentes, porteros y asistentes en más de 500 edificios en Hudson Valley. No ganamos grandes cheques de pago, pero queremos asegurarnos de que nuestro nuevo contrato mantenga nuestras pensiones, nuestro fondo de capacitación y nuestro seguro de salud.

-Aviso-

Cada uno es crucial. A través del fondo de capacitación obtuve la certificación en aire acondicionado, administración de propiedades, seguridad contra incendios, computadoras y administración ecológica (lo que me ayudó a ahorrar en mi edificio, un 30 por ciento en facturas de energía). Gracias al seguro médico, mi esposa recibió los medicamentos de mantenimiento que ella necesita. Y gracias a la pensión, podré vivir con este trabajo hasta la jubilación.

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A medida que avancen las negociaciones en sus últimas semanas cruciales, comenzaremos a elevar nuestras voces más fuerte. Entro en esas semanas con la confianza de que también contamos con el apoyo silencioso de 100,000 inquilinos desde Yonkers hasta Mount Kisco, tal como mis vecinos una vez nos apoyaron a mi hermana y a mí.

Después de todo, esto se trata de algo más que un trabajo: se trata de mantener comunidades, al igual que ahora les enseño a mis dos hijos de que esto es importante.

 

 

 

Sala de Redacción/WestchesterHispano
Publicado el 08 de Setiembre 2018

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