La obesidad es una enfermedad crónica que se caracteriza por la acumulación excesiva de grasa en el cuerpo
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) 42 millones de niños en todo el mundo sufren de sobrepeso. Los menores en los estados unidos no son la excepción.
“Lamentablemente los hispanos tenemos una frecuencia más alta de sobrepeso y obesidad que la población general de los Estados Unidos. Por ejemplo en niños un 20 por ciento de los niños hispanos tienen obesidad, comparado con 15 por ciento de la población de otras razas”, asegura el doctor Felipe Lobelo, especialista en nutrición para el Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC).
¿Por qué somos más propensos a esta enfermedad?
Desafortunadamente el sobrepeso no tiene una sola causa. En algunos casos la genética juega un papel importante, en otros la obesidad es la consecuencia de una mala nutrición y de falta de actividad física.
Entre los latinos de los Estados Unidos el bajo poder adquisitivo, el tiempo que las familias tienen para compartir y la idea de que u un niño gordito representa un niño más saludable, son los principales responsables de la epidemia de la obesidad.
Sin embargo, las consecuencias de la obesidad van más allá de los físico, llegando incluso a convertirse en hostigamiento o acoso.
Según un estudio de la Universidad de Yale en Massachusetts, las personas obesas son 26 veces más propensas a sufrir de discriminación que una persona que está en buena condición física.
Es más, según el CDC, el 70 por ciento de los menores con sobrepeso tienen por lo menos un factor de riesgo para sufrir una enfermedad cardiovascular.
“La obesidad es probablemente uno de las enfermedades más graves, porque no solo se trata de la obesidad si no de las consecuencias asociadas con la obesidad. La diabetes, el infarto de corazón, el derrame cerebral, la osteoporosis son enfermedades muy graves y que realmente son las principales causas de muerte no solo en Estados Unidos si no en todas las partes del mundo”, finalizo el doctor Lobelo.
La Alimentación
Una dieta malsana es un factor de riesgo clave de las enfermedades no transmisibles (ENT) que puede modificarse. Si no se combate, la mala alimentación -junto con otros factores de riesgo- aumenta la prevalencia de ENT en las poblaciones por mecanismos tales como un aumento de la presión arterial, una mayor glucemia, alteraciones del perfil de lípidos sanguíneos, y sobrepeso u obesidad. Aunque las muertes por ENT se dan principalmente en la edad adulta, los riesgos asociados a las dietas malsanas comienzan en la niñez y se acumulan a lo largo de la vida.
La publicidad y otras formas de mercadotecnia de alimentos y bebidas dirigidas a los niños tienen un gran alcance y se centran principalmente en productos ricos en grasas, azúcar o sal. Muchos datos muestran que la publicidad televisiva influye en las preferencias alimenticias y las pautas de consumo de la población infantil. Además, para promocionar esos productos se recurre a una amplia gama de técnicas que consiguen llegar a los niños en las escuelas, las guarderías y los supermercados, a través de la televisión y de Internet, y en muchos otros entornos.
Niños gorditos antes y ahora
Hay otro factor a tener en cuenta cuando hablamos de niños gorditos. Antes, en la generación de nuestras madres o abuelas, el hecho de que un niño pequeño tuviera unos kilos de más no era un gran motivo de preocupación porque, a medida que el niño crecía, este exceso de peso solía desaparecer gradualmente.
Pero la vida que se hacía antes era bastante diferente de la que se hace ahora. Los niños hacían mucho más ejercicio jugando en la calle y la alimentación no contenía una cantidad tan grande de azúcares y grasas como tiene ahora.
Hoy en día los niños hacen mucho menos ejercicio. La television y los videojuegos han pasado a convertirse en pasatiempos favoritos, en lugar de los partidos de fútbol y los juegos de correr y pillar que antes eran sus diversiones habituales.
Además, debido a la falta de tiempo, las familias de hoy utilizan a menudo alimentos ya preparados, comidas precocinadas o comidas rápidas. Estos alimentos suelen tener una proporción más alta de azúcares y grasas que los alimentos naturales. Y las sodas, que son tan comunes hoy en día, se tomaban antes de forma ocasional y excepcional en una fiesta de cumpleaños o celebración, no formaban parte de la dieta diaria como sucede en la actualidad.
El exceso de calorías, unido a una falta de ejercicio, tiene como consecuencia el exceso de peso.
Sala de Redacción/Westchester Hispano
Publicado el 23 de Septiembre 2017