- No estás exento de que un familiar o amistad cercana te pidan este gran favor. En este caso, tienes que sopesar las circunstancias.
- Necesitarás una larga conversación con la persona que te pide que firmes como aval.
- Debe conocer los riesgos que corres al ser aval.
- Debe quedar claro cuál es su solvencia y conocer si tienen una fuente de ingresos segura para cumplir con el compromiso.
- Una vez que firmas como aval estás asumiendo la responsabilidad de liquidar el adeudo que contrae la persona que adquiere el compromiso (crédito automotriz, hipoteca, arrendamiento, etc.).
- Si esta persona deja de hacer sus pagos, automáticamente el acreedor acude a ti para que asumas la responsabilidad de los mismos y de los gastos que se hayan generado por el incumplimiento temporal (digamos, intereses moratorios).
- Sí como aval no cumples tampoco con los pagos, el acreedor tiene derecho a ejercer acción penal para que se liquide el adeudo y está en juego el patrimonio que hayas presentado como garantía en el contrato (tu casa, tu auto, etc.).
- En caso de que tuvieras que responder con tu patrimonio, también quedará asentado como antecedente en tu historial crediticio, lo que hará más complicado adquirir en el futuro un financiamiento para ti.
- ¿Para qué desean el crédito? ¿Para un auto, una ampliación de su casa o para un caso de vida o muerte? ¿Qué tanto perderás tú si tienes que responder como aval?
- Si lo crees prudente, consulta a un abogado para conocer los riesgos reales.
- Si después de esta investigación no te sientes seguro para ser aval, será mejor negarte.
- No temas que haya una enemistad; si esa persona te estima, tarde o temprano entenderá tu posición.
Sala de Redacción/WestchesterHispano
Publicado el 10 de febrero