
CASA BLANCA -El vicepresidente de EE. UU. Mike Pence y su esposa, Karen, visitan el miércoles la pequeña ciudad de Sutherland Springs, en las afueras de San Antonio, para consolar a los sobrevivientes heridos y las familias de las víctimas del más reciente asesinato en masa del país.
Pence hablará en una vigilia de oración para los 26 feligreses asesinados a tiros durante un servicio el domingo por la mañana por un pistolero con antecedentes de problemas de salud mental. También se reunirá con autoridades policiales y con el vecino que disparó al pistolero mientras huía, salvando potencialmente otras vidas.
Entre las víctimas que sobrevivieron y que los Pence planean ver están 10 miembros de la iglesia que continuan en estado crítico.
Los asesinatos volvieron a suscitar dudas sobre la necesidad de leyes dmás estrictas de control de armas en un estado con una gran población armada.
El presidente Donald Trump dijo el martes que las leyes más estrictas no habrían detenido al pistolero, y posiblemente hubieran evitado que el vecino de la iglesia se enfrentara al tirador.
Durante una escala en Corea del Sur, Trump dijo que si hubiera una mayor investigación de los compradores de armas en los Estados Unidos “es posible que no hayas tenido a esa persona muy valiente que tenía un arma o un rifle en su camión y que le disparara, y golpearlo y neutralizarlo”.
Al preguntársele si estaba considerando alguna nueva política de control de armas después de la segunda gran matanza masiva en los EE.UU. en cinco semanas, Trump dijo: “Lo que quiero decir es que si miramos a la ciudad con las leyes de armas más fuertes de nuestra nación, es Chicago, y Chicago es un desastre. Es un desastre total “.
La Fuerza Aérea de los EE.UU. está investigando por qué la condena por violencia doméstica del tirador, Devin Kelley, de 26 años, no se ingresó correctamente en la base de datos de la Oficina Federal de Investigaciones, como exige la ley federal.
Las autoridades dicen que la medida debería haber impedido que comprara legalmente el rifle que usó en la masacre.
El ex aviador había sido juzgado por un tribunal militar por golpear a su esposa e hijastro, imputado, condenado a 12 meses de prisión, dado de baja del ejército por mala conducta y rebajado de rango.
La policía informó que en 2012 Kelley escapó de un hospital psiquiátrico en Nuevo México, donde lo confinaron después de amenazar a los comandantes e ingresar armas subrepticiamente a una base de la Fuerza Aérea. Más tarde fue capturado en el vecino estado de Texas.
El agente del FBI que lidera la investigación sobre el tiroteo, Christopher Combs, dijo que el teléfono móvil del asesino ha sido enviado a un laboratorio de la agencia para su examen, pero que hasta ahora, debido a la encriptación, los investigadores no han podido abrirlo para determinar si se puso en contacto con alguien más sobre el tiroteo o dejó cualquier pista acerca de que estaba a punto de lanzar el ataque.
Los investigadores explicaron por qué creen que una disputa doméstica puede haber estado detrás de los asesinatos. El pistolero había enviado “textos amenazantes” a su suegra antes del tiroteo, dijeron los investigadores, pero ella no estaba en el servicio del domingo.
“Esto no fue motivado por motivos raciales … no fue por creencias religiosas. Hubo una situación doméstica dentro de la familia y los suegros”, dijo el funcionario de seguridad pública de Texas, Freeman Martin.
Peter Heinlein, VOA
Así Reportó: voanoticias.com
Publicado el 08 de Noviembre 2017