MÉXICO — José María Huerta, uno de los principales defensores de los jugadores a principios del milenio, hizo ver la necesidad de formar un sindicato para que el futbolista en México tenga representación jurídica y mostró dudas en torno a que la agrupación que encabeza Rafael Márquez consiga el objetivo para el que fue creada y tenga la fuerza necesaria para generar un cambio a favor del jugador de la Liga MX.
Luego de mostrar su alegría, porque al final hubo gente “con una dignidad mayúscula” que inició este movimiento, el ex dirigente, quien en 2004 tiene el registro del Sindicato de Futbolistas Agremiados de México, sostuvo que lo principal es que se busque un equilibrio entre los derechos y obligaciones laborales del futbolista.
Vía telefónica explicó que la clave para que el proyecto tenga éxito, “es que los líderes, su integridad, sea permanente, intemporales, esa es la clave. Que sean firmes en la decisión de hacer valer el aspecto social de la institución que han formado y que no se dobleguen ante las disyuntivas de quedar bien con un directivo”.
‘Chema’ Huerta está cierto en que el jugador que se afilie, también “deberá estar consciente de que no va a haber condescendencia con lo mal hecho”.
En este sentido, explicó que el futbolista debe saber que tiene derechos, pero también obligaciones que debe cumplir: “Ese equilibrio es la garantía de que la institución va a funcionar”.
Sin embargo, mostró su desacuerdo acerca de que se trate de una Asociación Civil, ya que al no tener una personalidad jurídica corre el riesgo de no cumplir con su cometido.
Puso como ejemplo aquella agrupación (Asociación de Futbolistas Profesionales), en la que estuvieron involucrados Alfredo Tena, Javier Aguirre y Miguel España: “Me acuerdo que yo estuve afiliado a esa asociación, en el 91. Yo creo no sería necesaria ni siquiera una asociación, si en los tratos entre futbolistas y directivos hubiera integridad total”.
Luego profundizó sobre la necesidad de que el “futbolista tuviera un abogado colectivo, es que nació el sindicato. El sindicato no era en aquel tiempo una actividad ociosa, sino una necesidad imperiosa”.
José María externó que hoy “todos se dan cuenta que hay muchas diferencias, muchos litigios, algunos públicos y otros en el anonimato. Hoy es equilibrar la balanza y que surgiera un sindicato. El nombre es lo de menos, sólo que jurídicamente tuviera el poder de un sindicato”.
Huerta se dijo tranquilo si en este caso, los que encabezan la asociación, como también son Carlos Salcido y Christian Giménez, se van a hacer escuchar por los dirigentes, “pero los asuntos de trascendencia, como sucede en otros países donde ya existen los gremios, esa institución es la que garantiza que los derechos del futbolista se respete y en esta caso sólo es una asociación”, apostilló.
LA COMISIÓN DEL JUGADOR, UN ‘TEATRO’
Por otro lado, sobre la inminente desaparición de la Comisión del Jugador, hizo ver que “no era un organismo interdependiente, sino totalmente dependiente de la federación. Era una oficina. Un teatro, un antídoto para que los jugadores no se afiliaran en su momento al sindicato”.
Añadió: “Aunque haya jugadores allí dirigiendo, no podemos hablar que tenía voz y voto, ellos resolvían los asuntos que no afectaban los intereses de los directivos”.
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Publicado el 03 de Junio 2017