Comerciantes de restaurantes, salones, barberías, panaderías y todo negocio hispano ven reducidas sus ventas ante el problema migratorio

Sala de Redacción | Westchester Hispano
En la mañana del miércoles una barbería-salón ubicada en West Post Road, en White Plains, estaba casi vacía. Solo había una cliente haciéndose el pedicure. El negocio estaba casi paralizado y los estilistas estaban con los brazos cruzados. “Aquí no viene nadie y nosotros no tenemos ingresos. No sabemos qué hacer. La gente está atemorizada y no quiere salir a realizar sus tareas regulares, entre ellas cortarse el cabello”, dijo uno de los barberos.
A lo largo de esa transitada vía, otros restaurantes, panaderías y salones enfrentaban el mismo problema. La clientela cotidiana no está llegando porque prefieren “cuidarse” y han decidido mantenerse en sus viviendas, dijo el mesero de un restaurante de la misma calle.
La orden ejecutiva anunciada hace dos semanas por la administración Trump, ha sido dirigida a arrestar a personas con orden de deportación y a inmigrantes con récord criminal. Las autoridades de ICE están visitando diversas comunidades y llegan a las viviendas con una orden de detención (warrant) dirigidos a algún inmigrante con orden de deportación o a alguna persona que tiene un proceso criminal.

El ausentismo del público en los establecimientos comerciales es grande y en un recorrido por las áreas de concentración hispana en White Plains, la problemática es un común denominador.
A pocas cuadras, en Quarropas Street, el restaurante peruano Inca Gaucho, es otro de los que ha registrado una reducción de clientes.
Joseline López, la administradora, explicó que “hemos visto un gran cambio, de repente, desde la semana pasada y esta semana ha sido más, lo que me hace recordar mucho el principio de la pandemia”.
La joven empresaria, explicó que siempre tienen gente en el almuerzo y cena, pero que el público no está saliendo. “Creo que deben informarse un poco más, encontrar recursos creyentes y mirar las noticias y no alertarse, [las medidas de inmigración] han empezado con fuerza, pero veo que ahora están arrestando solo a gente con récord criminal, pero hay mucha información errónea afuera y causa angustia”, dijo López. “En nuestro local de Port Chester el negocio ha bajado más que en White Plains”.

En Port Chester
La propietaria de una peluquería en North Main Street, dijo el jueves que “aquí todo ha bajado y no llega gente”, mientras lavaba el cabello a su única cliente. “Cuando le pregunto al público por qué no vienen, responden a que con todas las informaciones sobre inmigración que hay allá afuera es mejor quedarse en casa”.
En el restaurante peruano Pescados y Mariscos el ambiente era desolador. No había nadie. Una de las meseras dijo que “los clientes se han esfumado y no llegan a almorzar o cenar. Tampoco llegan a tomar su cerveza, porque temen que los cojan manejando erráticamente y se metan en problemas. No sabemos qué se podrá hacer para que esto mejore”, dijo la mesera.
Cerca de ahí, está Four Guys Deli. Su propietario Fernando Vallejos, estaba preocupado porque el negocio ha bajado mucho por el problema con los indocumentados.
Los supermercados no se escapan de esta tendencia. En la Placita de Port Chester. Eddy Terrero, su administrador, dijo que el público ha disminuido un poco.
“Ha bajado un poco desde hace dos semanas, hay que gente que tiene miedo de salir a la calle, llevar a los niños a la escuela, porque piensan que los van a agarrar, pero como quiera, el que tiene papeles o no igual todos están impactados y están a la expectativa de que pueda pasar algo”, dijo Terrero.
La North Main, estaba casi vacía pese a que es una vía muy transitada. En Makondo Port Chester, el panorama era parecido. Ana Reyes, la administradora, explicó que el flujo de personas ha bajado. “Hay mucha gente que tiene temor y zozobra de lo que va a pasar con los inmigrantes. Se dejan llevar por lo que ponen en las redes sociales sobre que [agentes de ICE] están por aquí o por allá, y prefiere quedarse en su casa.
Un informe de esta semana indica que en Nueva York residen unos 670,000 inmigrantes indocumentados, que pagan un promedio de $3,100 millones de dólares anuales como lo hicieron en 2022. Deportarlos causaría un impacto económico negativo y lo peor es que no habría suficiente equipo humano para los servicios que necesita la población del estado.

Publicado el 31 de Enero, 2025